martes, 28 de septiembre de 2010

CRÓNICA: Barón Rojo

4 meses atrás...

CRÓNICA: BARÓN ROJO

SALA RAZZMATAZZ, BARCELONA

29.05.2010

Los cuatro Barones juntos, tras 20 años. El público, volcado con ellos durante las tres horas. La interpretación de los temas, perfecta. Una pena si eras fan y te lo perdiste… y una pena también para los que no lo eran y se pasaron por la Razzmatazz, porque la puesta en escena y el ritmo del concierto fueron nulos. Eran los Barón… no les hacía falta. ¿O sí?

La Razzmatazz, abarrotada

Cuando se va a ver a una banda de la altura de Barón Rojo, cuando pasan 30 años desde que se juntó este grupo, cuando son 20 desde la última vez que se pudo ver a los cuatro originales subidos a un escenario… sólo queda tener las expectativas altas, muy altas, y a veces uno llega al concierto más pendiente de que estas se cumplan que de pasar un buen rato.

¿Cómo calificar el concierto de Barón Rojo? Los asistentes habían pagado unos 30 euros por la entrada, más que lo que cuestan muchas de las actuaciones de bandas internacionales. Aun así, la Razzmatazz estaba llena: entre 2500 y 3000 personas ocupaban la sala, que hacían literalmente imposible moverse hacia la barra, aseos, etc. Es más, muchos de los asistentes tuvieron que conformarse con solo escuchar el concierto: desde algunos puntos de la sala la vista estaba tapada por columnas, o por los mismos altavoces por donde sonaron las 29 canciones de los madrileños.

Ver a Sherpa y a los de Castro coreando un estribillo… mágico.

No tiene sentido hablar de cómo fueron llegando los temas uno tras otro, porque fue un concierto totalmente lineal. Las canciones fueron cayendo, sin ningún orden aparente, sin ninguna intención de provocar bajadas y subidas de intensidad en el ritmo del concierto. Eso sí, tocaron prácticamente todo: faltó alguna como “El malo” o “Casi me mato”, pero las casi tres horas de concierto dieron tiempo a interpretar unos 30 temas, en una larga actuación con tres bises.

Pero claro… para alguno de los asistentes, tres horas fue un tiempo excesivo. Muchos buscaban que el Barón estuviese el mayor tiempo posible sobrevolando el escenario, pero terminar la primera tanda con “Hijos de Caín”, “Cuerdas de Acero” y “Los Rockeros Van al Infierno” dejaba el listón muy alto para los bises. El primero fue aceptable, sin embargo los dos siguientes fueron perdiendo intensidad uno tras otro, hasta que llegó “Son como Hormigas”, que inexplicablemente fue la última. Podríamos pensar dos cosas: o quedaba un cuarto bis con un par de clásicos que no pudo ser tocado, o simplemente los Barón fueron tocando temas hasta que se hicieron las 23.30 y tuvieron que terminar el concierto.

Sherpa no destacó por su presencia, sí por su voz

Sí que tiene sentido hablar de cada componente por separado. A la izquierda teníamos a José Luis Campuzano “Sherpa”, que no transmitió mucho con sus comentarios entre canción y canción, y menos aún con su movimiento (más de una vez se le podía ver balanceando el bajo a destiempo). Sin embargo, musicalmente estuvo pletórico: la voz parecía sacada de sus grabaciones de estudio, perfecta.

En el centro teníamos a Armando de Castro, que sin duda fue el mejor de la noche. Desde la intro con slide que se marcó a principios del concierto, pasando por los movimientos hacia adelante y atrás, hasta las caras y energía física que ponía con cada solo de guitarra. Un ventilador se encargaba de rematar la faena echando hacia atrás los pelos que se le escapaban de la coleta, y es que en medio de tres Barones bastante parados para conseguir aguantar las horas de concierto teníamos a un Armando dispuesto a lo que hiciera falta, costase lo que costase.

A la derecha de Armando estaba su hermano Carlos de Castro, en una actitud totalmente distinta. Otro que en lo musical fue perfecto, pero no aportó nada fuera de ahí. Por último, teníamos a Hermes Calabria a la batería, que aparte de golpear su instrumento sin muchas ganas (un poco de espectáculo nunca viene mal), tuvo un par de fallos rítmicos bastante grandes.

De los dos hermanos, sólo Armando estuvo iluminado.

En general, podemos hablar de un concierto para los fans de Barón Rojo, que obtuvieron lo que quisieron: los cuatro originales juntos otra vez, tocando prácticamente todos los éxitos de su discografía de los ochenta. La magia estaba ahí, se sentía en el público, al que vi volcado como en pocos conciertos que haya visto en mi vida (tal vez como en ninguno).

¿Lo malo? Si quitamos lo musical, el concierto no tenía nada de especial, y menos para haber pagado 30 euros. La puesta en escena fue simplísima, el ritmo del concierto lineal, el movimiento de los componentes nulo, la construcción del setlist sin sentido, los comentarios totalmente improvisados… parecía más un ensayo de colegas que un concierto, ni siquiera se veía el logo de Barón Rojo en el escenario (excepto en alguna camiseta).

¿Alguna conclusión? Un concierto perfecto para los fans que conocían las canciones. Y Barón Rojo tenía muchísimos dentro de la sala, así que el concierto cumplió sus expectativas. Si no estuviste y los Barón no te emocionan… no te perdiste mucho, y menos por 30 euros.

…y no hace falta decir que el público estuvo a la altura.

Setlist:

Concierto Para Ellos
Incomunicación
Chicos Del Rock
Larga Vida Al Rock’n’Roll
Travesía Urbana
Buenos Aires
Hermano Del Rock’n’Roll
Campo De Concentración
Satánico Plan (Volumen Brutal)
El Pobre
Hiroshima
Tierra De Nadie
La Voz De Su Amo
Se Escapa El Tiempo
El Barón Vuela Sobre Inglaterra
Breakthoven
Caso Perdido
Con Botas Sucias
Hijos De Caín
Cuerdas de Acero
Los Rockeros Van Al Infierno

Barón Rojo
Las Flores Del Mal
Resistiré

Tierra De Vándalos
Siempre Estás Allí

Herencia Letal
Anda Suelto Satanás
Son Como Hormigas

Texto y fotos:

Borha Ramone

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